“Para entender la importancia de la vacuna para el herpes zóster, hay que comprender y conocer la enfermedad, que puede presentarse en cualquier edad, pero es más frecuente y tiene mayor impacto en personas de edad avanzada, debido a sus complicaciones.
La principal es la neuralgia postherpética, el dolor que deja el virus a lo largo del trayecto que inflamó”, expresó el doctor Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Cemic (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas), durante la presentación oficial de la vacuna, en Buenos Aires, reunión a la que asistió LA GACETA.
Los más beneficiados con esta vacuna serán los adultos mayores. Los trabajos mostraron que reduce la incidencia del herpes zóster en aquellos pacientes que recibieron la vacuna, la neuralgia postherpética, y además lo que se denomina “carga de enfermedad” (todo lo que produce la enfermedad -no sólo dolor- sino otras complicaciones). Bonvehí destacó que se están incrementando las herramientas de prevención para dultos mayores, algo que empezó con la vacuna antigripal. “Los mayores tienen hoy más conciencia de la prevención por vacunas”, remarcó.
Por su parte, Daniel Stamboulian, director médico de Funcei (Fundación Centro de Estudios Infectológicos) y presidente de Fidec (Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries), apuntó que la culebrilla es una infección muy frecuente en los mayores. Su mayor problema es que del 20 al 30% de las personas que la padecen presenta neuralgia postherpética, un dolor incomparable que muchas veces dura meses y en algunos casos años. Por eso, el mejor testimonio para entender la importancia de la vacuna es preguntarles a las personas que han tenido herpes zóster y neuralgia postherpética qué harían para no volverla a padecer. Seguramente todos responderán que darían cualquier cosa para prevenirlo. Y la vacuna contra el herpes zóster representa hoy una herramienta fundamental contra esta enfermedad tan invalidante, reflexionó Stamboulian.
Por qué falla la terapia
La infectóloga del Funcei Hebe Vázquez explicó que existen tratamientos antivirales para las personas que sufren herpes zóster. Pero para que resulten efectivos deben administrarse precozmente durante las primeras 48 o 72 horas. De lo contrario, no tienen efecto en la evolución ni en las complicaciones de la patología. “El problema es que la enfermedad primero se presenta con dolor y sin manifestaciones en la piel, las personas y hasta los médicos muchas veces no advierten que es una infección por herpes zóster. Por eso es difícil el tratamiento precoz”, detalló.
Hace tiempo se creía que las reactivaciones del herpes zóster no eran frecuentes, a diferencia de otros virus -como el herpes simple- que produce lesiones en el labio y se reactiva con el sol. En los últimos años, por estudios en grandes poblaciones en EE.UU, se observó que la reactivación era más frecuente: el 6% de las personas, después de seis a ocho años de haber tenido un episodio de herpes zóster, padeció uno nuevo, precisó Vázquez.
