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POR MIGUEL GALEANO: «DE AMAS DE CASA A ESCLAVAS DEL REGIMEN MACRISTA, EL FIN DE UN DERECHO»

POR MIGUEL GALEANO: «DE AMAS DE CASA A ESCLAVAS DEL REGIMEN MACRISTA»

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A pedido del FMI, Macri suspende las jubilaciones de amas de casa

Unos de los objetivos del FMI es el sistema previsional. El primer paso lo dio el gobierno junto con la mayoría de los legisladores de la oposición en diciembre del 2018 cuando reformaron la ley. Ahora pondrán fin a las jubilaciones para amas de casa.

Julia Lorenzo

Unos de los objetivos del FMI es el sistema previsional. El primer paso lo dio el gobierno junto con la mayoría de los legisladores de la oposición en diciembre del 2018 cuando reformaron la ley. Ahora pondrán fin a las jubilaciones para amas de casa.

La decisión política que toma Cambiemos a pocos meses de finalizar su gestión, para alcanzar el «déficit cero» exigido por el Fondo, apunta brutalmente sobre la clase trabajadora y las mujeres en particular.

El 23 de julio y ya casi terminando su gestión, sepulta un derecho fundamental que afecta en mayor medida a las mujeres que son las que, a lo largo de sus años laborales, tienen los trabajos más precarios y sin aportes, además de tener que realizar todas las tareas domésticas, que ya todos sabemos que es trabajo no remunerado.

La moratoria, que tuvo sus orígenes durante el kirchnerismo surge en realidad como una salida de emergencia ante su rotunda negativa de incluir en la agenda el reconocimiento del 82% móvil. Y yendo un poco más profundo, tampoco eliminaron la informalidad laboral que se tradujo en una brutal precarización, sobre todo para las mujeres. Es por eso que esta moratoria actuó a modo de frazada corta, cubrió el acceso a una jubilación, pero dejó sin solución el verdadero origen de la falta de aportes: un trabajo registrado.

Entre los años 2003 y 2016 se jubilaron por la moratoria previsional a la ley 24.746 un total de 1.796.439 mujeres.

Si se observan los datos duros vemos que las trabajadoras en Argentina perciben en promedio un 25,2% menos que los varones. La informalidad también las tiene como protagonistas con un 37% de empleo no registrado.

Otro ejemplo contundente de las razones por las cuales miles de mujeres a la edad de jubilarse no pueden hacerlo por falta de aportes realizados, es que el 94,7% del trabajo en casas particulares es hecho por mujeres, en la mayoría de los casos nadie realiza los aportes jubilatorios que obliga la ley.

Pero queda el factor más importante que muchas veces obliga a las mujeres a aceptar trabajos precarios, sin aportes o con jornadas reducidas y es la “obligación” de hacerse cargo del trabajo en los hogares: limpiar, cocinar, cuidar de los hijos o de los adultos mayores y una lista que sin dudas podría continuar si observáramos un día en la vida de una mujer. Esta es la razón que hace que las mujeres destinen en promedio 6 horas diarias a estas tareas domésticas.

Desde el minuto cero, y tomando un discurso que parte de un sentido común exacerbado, el gobierno de Cambiemos intentó instalar que “es injusto que la gente que contribuye reciba lo mismo que la gente que no contribuye”.

Este argumento sobre la supuesta injusticia no solo es canalla sino que parte de una premisa equivocada. En nuestro país cerca del 40 por ciento de los trabajadores y las trabajadoras tienen trabajo no registrado, de modo que no aportar al sistema de previsión social no es una decisión que pueda tomar el trabajador sino una condición impuesta por la patronal.

Pero este engranaje entre Estado y patronales es uno de los mecanismos que le garantizan al sistema capitalista su funcionamiento. El incremento de trabajos precarios y no registrados seguramente irá aumentando a medida que avance el ajuste que exige el Fondo.

Es decir, las mujeres realizan el doble del trabajo no remunerado. Tareas que al no ser reconocidas implican un “ahorro” para el Estado capitalista y los empresarios.

Ochenta y seis por ciento de mujeres que accedieron a la moratoria no son solamente un número, son miles de mujeres que dentro o fuera de sus casas trabajaron sin opción ni posibilidad de exigir un sueldo en blanco. Eliminarla sin siquiera tener una alternativa para garantizar una solución es vulnerar una vez más un derecho humano básico.

Ley Nacional fue fundamental para reconocer el trabajo de las amas de casa y el empleo doméstico como cuidadoras o en tareas de limpieza, en general informal. Esta norma permitió que 4 millones de personas sean reconocidas en su derecho e incluidas en el régimen previsional como trabajadoras. El gobierno del cuasi neoliberal Mauricio Macri resolvió abolir este derecho a partir de julio próximo. ¿Cuál será la reacción de la oposición y de las organizaciones sindicales y sociales?

“En este marco de ajuste, y considerando la desigual distribución ocupacional y del trabajo no remunerado, la decisión de eliminar la moratoria jubilatoria a las mujeres se parece a un castigo patriarcal”, expresó Julia Strada, doctora en Economía y columnista del segmento Económico de C5N. El presidente Mauricio Macri y su gabinete diseñó un plan de obstáculos para quienes se quieren jubilar antes de la fecha de caducidad.

La Ley de Moratoria

La Ley nacional de Moratoria fue un proyecto que se sancionó en 1995 pero recién la implementó el presidente Néstor Kirchner en 2006. Esto implicaba que las mujeres que tenían 60 años y no llegaban a tener los 30 años de aportes pudieran comprar años con un sistema de planes de pago muy accesible. Con este mecanismo se acogieron a este régimen previsional a alrededor de 4 millones de personas en todo el país, según datos del ANSES.

Abolición de un Derecho

1.796.439 mujeres que entre 2003 y 2016 se jubilaron por moratoria previsional a ley N° 24.476. Pero esta medida, que benefició a mujeres entre 60 y 65 años con menos de 30 años de aportes para que pudieran jubilarse, será abolida el próximo 23 de julio.  “La moratoria es la decisión política de reconocer a la jubilación como un derecho, es decir, reconocer al trabajo más allá de los aportes o no, porque la persona que trabajó, independientemente de la regularidad o no, hizo un aporte a la sociedad con su trabajo. En ese sentido, es fundamental para las amas de casa y es un reconocimiento al empleo doméstico, porque, valga la redundancia, se les reconoce el trabajo para reproducir la fuerza de trabajo” definió Eva Sacco, economista y miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Datos laborales femeninos

Las mujeres tienen una doble jornada laboral (se estima según el INDEC que destinan 6 horas promedio por día a tareas domésticas), pero solo perciben ingresos por una jornada, que tiene –por otro lado– menos horas que la de los varones y, por ende, se traduce en la percepción de ingresos menores. Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 62% de las inserciones laborales asociadas al cuidado están ocupadas por mujeres, mientras que sólo el porcentaje restante, el 38%, ocupan a los hombres. Como contracara: el 94% de las ocupaciones no asociadas al cuidado las realizan hombres y solo el 4% mujeres. Esto muestra la división de tareas en el hogar: la atención de la salud, la educación, la realización de servicios sociales y el trabajo doméstico son, bajo la óptica patriarcal, tareas asignadas a las mujeres”. Otro elemento clave es que la mayor tasa de no registración en las mujeres, que supera en 5 puntos a la de los varones. Hay 36,4% de mujeres con empleo no registrado y 31,9% de hombres con empleo no registrado.

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