
Nos dejo el Tata Duarte, historia sin tiempo de La Rioja Chayera
A unos pocos minutos del centro de La Rioja, en el Barrio Ferroviario, se encuentra la casa de Tata Duarte.
Su vivienda se destaca de la uniformidad circundante por estar cubierta de una frondosa vegetación. Pareciera ser que las plantas, han formado una esbelta coronación de hojas y ramas, para enunciar a uno de los más interesantes personajes de la cultura riojana de la actualidad.
Nos acercamos a conocer a una persona que misteriosamente nos deja marcada una huella el corazón. Entrevistamos a un representativo ciudadano de La Rioja quien desea que lo llamen simplemente: Tata…
Altasierra Revista: Buenos Días Tata te agradecemos que nos recibas en tu casa. Queríamos que nos cuentes sobre esa ciudad que viviste -y que tal vez hoy debido a la modernidad- a cambiado sustancialmente:
Tata: Buenos Días, gracias por estar aquí en mi casa. Vos sabés que 80 años no es poco. Han pasado muchos años de que fui a la escuela primaria, esto no ha sido para mi un obstáculo para seguir estudiando.
Estudié tambien de la mano de mi padre que él conocía toda la geografía de la tierra, de mi Tierra. Y conozco practicamente toda la República Argentina. Y de la mano de mi madre aprendí a cantar vidalas, soy vidalero. Aprendí hacer un tambor; y luego me hice artesano. Tuve la suerte de andar mucho mi tierra, tuve la suerte también de estar muy cerca a los grandes “chayeros” que ha tenido La Rioja. Para mi principalmente es José Oyola.
AD: Me comentas sobre la Chaya, ¿Cómo surge esta expresión popular?
Tata: Sabe que hace 7 mil años nuestra provincia estaba habitada, por nuestros aborígenes, por nuestros originarios y cuando llegó el conquistador el aborígen dijo: “¡Chaigia!”. Es una palabra que es un resabio de la vieja cultura. Entonces con el español los originarios dijeron: ¡Chaigia! ¡Chaigia!
Tal vez la palabra Chaya como la conocemos ahora haya comenzado con ese encuentro. La chaya… es un ritmo pagano que lo utilizaban los aborígenes en el mes de febrero, en el tiempo de la cosecha. Es el tiempo de la algarroba, en aquellos tiempos había en La Rioja grandes algarrobos que proveían gran cantidad de frutos. Este fruto permitía que los aborígenes hicieran la “Ñapa”, que se obtiene moliendo la algarroba y agregando agua, es como un jugo dulce y suave. También hacían con el mismo fruto; agregando maíz y molle: la “Chicha”, que es una bebida fermentada y que con ella el indio se emborrachaba. Por eso las borracheras no son de ahora… sino vienen desde siempre…
AD: Me decías que la chaya es una palabra netamente de origen musical, en tu caso ¿cómo comenzó tu contacto con los sonidos de ésta tierra?
Tata: Mi padre me enseñó a conocer la geografía de mi tierra. Mi padre era un viejo cazador, pero yo digo que era un sabio. Porque yo lo ví hacer cosas tremendas a mi padre. Como por ejemplo él podía sentarse bajo un árbol y llamar a todos los pajaritos. Eso es algo que te cuento y que él lo hacía. Y de mi madre, que era una vieja vidalera de Anguinan… Anguinan es un pueblo famoso… porque… ¿Vos sabés quién a nacido en uno de esos pueblos, que es un personaje famoso y es de Anguinan?
AD: Sinceramente… no lo sé…
Tata: Armando Almonacid… el primer aviador que cruzó de noche la Cordillera de Los Andes y era un riojano. Él había nacido ahí, en los pagos de mi madre.
Bueno como te digo, mi madre era una vieja vidalera y de ella aprendí. Con mi hermano Tola hacíamos un dúo vidalero y ésto nos empujaba un poco a cantar. Yo heredé todo de mis padres, heredé por ejemplo -de las manos de mi madre- el como hacer un tambor.
El aprender a cantar una vidala de la garganta de mi madre. Y la caja fue mi arma y me quedó para siempre.
AD: ¿Cuando veo tus cajas y te escucho cantar siento la curiosidad de saber cómo era la chaya en tu juventud?
Tata: Se podía cantar vidalas todo el días. Se formaban ruedas de vidaleros, 8 o 10 vidaleros y cada uno cantaba una copla.
” En esta rueda cantando,
todos coplas han de hechar
y el que no hechara la copla
la culpa es la de pagar”
Eso era así: el que no cantaba pagaba la rueda de vino.
El vidalero era un tipo muy escurridizo, lo mismo nos pasó a nosotros, ellos cantaban para ellos. El vidalero era aquel hombre que sembraba con una luna y cosechaba con otra. Si al vidalero le iba mal en la cosecha cantaba coplas tristes y si le iba bien cantaba coplas alegres. Yo pienso que el vidalero ha sido un poeta anónimo y que nadie lo nombra como poeta.
Pero el vidalero era el que hacía las coplas. Por ejemplo una copla picaresca que decía un hombre de Aimogasta:
” Tengo que mandar hacer
un barco de caraichinche
para embarcar dos pueblitos
Aimogasta y Alpasinche”
Esos son pueblitos de nuestra Rioja y como dice: “de caraichinche” él quiso decir de cara de quirquincho y para abreviar él ha dicho de esa manera.
AD: Te escuché decir que muchas vidalas son tristes. ¿Se debe al paisaje riojano?
Tata: La vidala riojana siempres son tristes y creo que eso se debe a todos los sufrimientos que hemos tenido nosotros y que viene desde la conquista. En esos tiempos se ha maltratado mucho a los originarios. Creo que ha sido una historia de sufrimientos por eso nosotros cantamos la copla triste. Es diferente a la baguala, ella es picaresca y amorosa. El noventa porciento de las bagualas son así. En cambio nosotros no, nosotros vamos pintando el paisaje. Primero nació la vidalita, que es de un ritmo muy lento.
AD: Al escuchar tus interesantes comentarios me pregunto: ¿Cuándo la Chaya comenzó a ser alegre? Ya que ahora es famosa la fiesta por ser divertida.
Tata: Y todo fue cambiando de la vidalita pasamos a la vidala y luego a la vidalita chayera, que fue adquiriendo más ritmo. Fue adquiriendo un ritmo musical diferente, mucho más rápido. Ha sido el movimiento musical renovador que cambió todo. La música se hizo de un ritmo más acelerado para que nazca la chaya. La chaya por ejemplo no tiene coreografía, entonces el último cambio es colocarle una coreografía. Nosotros nos agarramos de los brazos y saltamos con las chinitas, hacemos una rueda, vamos y volvemos para atrás. También hacemos el topamiento que consiste en enfrentarse varias veces. La Chaya es una fiesta pagana y a su vez agraria donde se elige la “cuma” y el “cumpa” que es la comadre y el compadre en un tipo de coronación. Se cuenta que la Chaya en el tiempo de nuestros ancestros aborígenes, que había una niña muy bonita hija de un cacique. También había alguien que se llamaba “pujillai”. “Pujillai” quiere decir alegre, vivarachero y así era pujillai. A él le gustaba beber y tuvo la desgracia de enamorarse de la hija del cacique. Y la niña también se enamora de él, pero era un amor imposible. Porque un borracho como Pujillai no se merecía tener una mujer como una princesa. Era un amor imposible y los padres de la niña no lo permitieron. Así es que la princesa se escapa y se va a la montaña y no vuelve nunca más. Pero los aborígenes creían que en febrero la princesa volvía en forma de rocío. Chayar significa rociar, mojar. En otros tiempos se mojaba la rama de albahaca en agua y se rociaba a las personas suavemente. Así se jugaba a la Chaya, ese era el verdadero juego. Si querían hechar alguna cosa en la cara era simplemente almidón y era una caricia que le hacías a una chinita que vos la querías. Ahora todo ha ido cambiando y todo es diferente…
AD: Gracias Tata…
Jorge Villavicencio, para AD Revista, 2012 (c)