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DURO MENSAJE DEL OBISPO RIOJANO PARA EL BEDERISMO Y SUS DADIVAS DE CAMPAÑA

“No esclavos, sino hermanos”
En el comienzo de cada año la Iglesia nos invita a reflexionar y rezar por la Paz en una Jornada Mundial junto a todos los hombres de buena voluntad. Este año, bajo el título “No esclavos, sino hermanos” el Papa Francisco nos propone la fraternidad como una dimensión esencial de la vida de los hombres, querida por Dios Padre Creador, conquistada por la sangre de Cristo, nuestro Hermano.

En esa perspectiva, el Santo Padre urge afrontar y superar con coraje y decisión los nuevos rostros de la esclavitud: la precariedad laboral, el trabajo infantil, la difícil situación de los emigrantes, abusados en muchos casos por su peculiar situación, la trata de personas con fines de explotación sexual, la falta de libertad de la mujer en la elección del estado de vida y la persona del cónyuge, el tráfico y comercialización de adultos y niños para la extracción de órganos, para su reclutamiento como soldados, para la mendicidad, para la producción o venta de drogas, o formas encubiertas de adopción internacional, los secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas, puestos a su servicio como combatientes o, sobre todo las niñas y mujeres, como esclavas sexuales o vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados (cfr. nro. 3 del Mensaje papal).

El Papa Francisco se adentra en las causas de la persistencia de este fenómeno denigrante del hombre libre:

“La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin (…) la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo (…) la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana (…)” (nro. 4 del Mensaje Papal)

Los frutos del Año Catequístico: formación de los catequistas, ministerialidad laical y visita pastoral con San Nicolás.

“La Iglesia existe para evangelizar.” (EN 14) Las propuestas de la Asamblea conclusiva del Año Catequístico diocesano nos pidieron profundizar en la renovación de los distintos servicios de la evangelización, asegurando una mayor formación inicial y permanente de nuestros catequistas y misioneros.

Pero también, la Asamblea nos propuso una interacción coordinada de los organismos de asistencia y promoción humana (Cáritas, Pastoral de la Salud, Pastoral Carcelaria, entre otros) para respaldar el anuncio del evangelio con una eficaz acción solidaria.

En todos los casos, es de gran importancia favorecer la mayor participación de nuestros laicos desde una decidida valoración de su ministerialidad. A partir de esa generosa y creativa capacidad de los hombres y mujeres de nuestras comunidades para hacerse presentes en los diferentes ambientes y realidades, crecerá con espíritu misionero la conversión de nuestras estructuras pastorales haciéndolas más aptas para favorecer la extensión de la Buena Noticia del Reino de Dios en nuestra provincia. En la evangelización todos somos importantes y Dios quiere contar con cada uno de sus hijos.

Un nutrido grupo de cristianos de nuestras comunidades ha recorrido este año una primera etapa de discernimiento de la vocación al diaconado permanente. En los próximos meses comenzarán su formación sistemática aquellos que están en condiciones de madurar su vida según el espíritu de Cristo servidor.

En la primavera del 2015 comenzaré en el decanato oeste de La Rioja, la visita pastoral junto a San Nicolás. Como lo he anunciado anteriormente, deseo llegar a todas las comunidades para conocerlas y compartir la alegría del Evangelio de Jesucristo a lo largo y a lo ancho de nuestra querida diócesis. No quiere ser la visita protocolar de un funcionario religioso sino el encuentro jubilar entre el Pueblo de Dios y su pastor, peregrino-misionero de Cristo buen Pastor. La compañía de San Nicolás quiere asegurar este espíritu que anima el corazón de la propuesta de quien los visita.

En 2015, intensa participación democrática de la ciudadanía.
La trascendencia institucional del año 2015 está dada por la celebración de las elecciones, las cuales constituyen un momento de máxima importancia en la renovación de los cargos electivos. Vivir en plenitud y como ciudadanos los desafíos de la convivencia democrática, nos compromete a hacerlo de modo responsable y consciente.

No es función del obispo ni de la Iglesia trazar la agenda política de los gobernantes. En el ejercicio de la autonomía de lo temporal, ellos quienes tienen a su cargo la apasionante misión de servir, para la cual son elegidos y en la que están llamados a dar lo mejor de sí mismos.

Tampoco me toca entrar en la proposición de programas técnicos que constituyen el bagaje específico del arte de gobernar. Sin embargo, hay algunos aspectos de naturaleza ética que tienen una fuerte resonancia evangélica y que no debo dejar de proclamar como nuestra humilde contribución de cristianos en una Provincia que desde los tiempos primordiales ha dejado a los pies del Niño Alcalde la simbólica del poder y el deseo de ser gobernados conforme a su Ley.

Los medios deben trasparentar la nobleza del fin, el bien común.
Oportunamente, en octubre de 2013, celebrando los treinta años de la democracia, presenté con el Presbiterio de la Diócesis un mensaje valorando intensamente la experiencia democrática y señalando aquellos aspectos de nuestras prácticas electorales que puedan opacar su plenitud.

Con tiempo, me parece importante retomar aquellas palabras y reiterar la necesidad de “desterrar las viejas prácticas del clientelismo y la dádiva (…) el ofrecimiento de contratos laborales, la asignación de pensiones, el reparto de materiales de construcción, la entrega de sumas de dinero o presiones por parte de las autoridades a los empleados.”

Quienes aspiren a alcanzar las máximas responsabilidades institucionales de nuestra provincia, deberán elegir los mejores medios válidos para presentar sus ideas. Que el año 2015 comporte la sana confrontación de propuestas donde se manifiesten programas y proyectos que la ciudadanía pueda conocer y elegir en libertad, sin presiones, sin aprovechamientos de sus necesidades vitales, sin condicionamientos de ninguna índole.

Las propuestas electorales deberán decirnos cómo se asumirán y afrontarán los grandes desafíos de estos tiempos. Y estar abiertas a la inclusión de nuevos actores políticos y sociales que quieran integrarse. Si la política es el arte de lo posible, en nuestra riojanidad que es fraternidad en camino, encuentro en las diferencias e inteligencia con sentimiento, todos estamos llamados a aportar lo nuestro, no para el mero corto plazo de una compulsa electoral sino para la creación de proyectos fuertes de vitalidad democrática, a favor de nuestro pueblo.

La vida de los jóvenes y de los pobres
La preocupación por la inserción laboral de nuestros jóvenes así como la atención integral de los problemas de la pobreza, constituyen aspectos centrales del quehacer político que venimos describiendo.

La articulación de planes y programas sociales estatales ayudaron en la emergencia en los tiempos difíciles. Pero como sociedad, hoy necesitamos salir de la sola contención y buscar juntos cómo incorporar en plenitud a nuestros jóvenes en un modelo de desarrollo donde cuenten las capacidades y no falte la igualdad de oportunidades.

Un plan o ayuda social permite salir del paso. Pero no califica en vistas a la anhelada incorporación laboral de quien trabaja, a la estructuración de una provincia donde se produzca y se pague adecuadamente lo que corresponde por el trabajo realizado.

Formar las nuevas generaciones de trabajadores y profesionales y asegurar su integración en la comunidad productiva, es una consigna vital para el horizonte de los próximos años. Como comunidad nos toca respaldar con nuestras propias elecciones morales y nuestros ejemplos, que el trabajo dignifica, que sus logros honran aunque cuesten sacrificio y conlleven tiempo y dedicación. No es lo mismo trabajar para ganar el sustento que recibirlo sin entregar nuestros esfuerzos y desplegar las capacidades que Dios nos dio ya que trabajar es asociarnos a su obra creadora, crear con Él.

Escuchar el corazón del pueblo.
Dejo para el final lo que constituye un verdadero punto de partida de todo proyecto político. La importancia de su contenido me pide este lugar relevante de la conclusión.

En el comienzo de la preparación de los candidatos los invito a escuchar el corazón del pueblo, a buscar de todos los modos posibles, conocer su sentir y vibrar con sus necesidades más hondas.

Muchas veces los que tenemos responsabilidades institucionales expresamos nuestras opiniones, discurrimos, reflexionamos, somos escuchados por los demás. Se da por descontado que hablemos, que opinemos, que digamos. En este caso les pido a quienes vayan a presentarse para conducir los destinos de nuestra comunidad política, que primeramente escuchen con el corazón, que se dejen interpelar por la vida real de nuestra gente, que se animen a buscar entender con todas sus energías aquellos aspectos muchas veces silenciados de la vida del pueblo, en las ciudades con sus barrios y nuevos asentamientos, en las sierras y montañas, en los llanos. No desde los diagnósticos recurrentes de estadísticas muchas veces de extrema complejidad y lejanía de la vida, sino por el contacto personal e indispensable con el riojano real de hoy, con el vecino, con el usuario de servicios públicos, con el destinatario primero de las medidas que vayan a gobernarlo en justicia y dignidad.

De esta manera, cuando se presenten como candidatos con toda conciencia y responsabilidad, tendrán el marco para conformar un sólido proyecto político, asegurando la vigencia indispensable de la honestidad como forma de vida de todo dirigente. Que nadie llegue a la política ni a los cargos que en ella se procuran cubrir, para enriquecerse, para desentenderse de la vida de los pobres, para creerse omnipotentes o exentos de toda responsabilidad. Aunque parezca ingenuo o desconectado de la realidad, sólo en la inteligente y perseverante aplicación de este principio, la política honrará su lugar en la vida de nuestro pueblo.

Mis queridos hermanos, entremos en el año 2015 guiados por San Nicolás. El santo de la bondad y la providencia nos ayude a vivir en la presencia de Dios, caminar juntos bajo su mirada. Que María Santísima cuya fiesta hoy celebramos, nos tenga de su mano en el seguimiento de Cristo, nuestro Niño Alcalde y buen Pastor.

En la ciudad de La Rioja, el 1ro de enero del Año del Señor 2015

+ Marcelo Daniel Colombo, Padre Obispo de La Rioja

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